Jose Antonio es eibarrés, artista, dibujante, doctor en Bellas Artes y profesor del departamento de dibujo en la Universidad del País Vasco. Es autor de dos exposiciones temáticas sobre pelota vasca: “Prohibido jugar a la pelota bajo multa de dos pesetas” y “Frontoiak & Co.”.
Su obra pictórica sobre pelota no solo es extensa, sino que en ella fluye la insinuación y la ensoñación. Es sugerente, hermosa y poética, gracias a la conjunción de su calidad pictórica y su pasión pelotazale.
Jose Antonio dota de alma e historia a los frontones. Sus pinceles y carboncillos no solo colorean frontis sino que parecen escribir versos en ellos mientras especula con sus ángulos, juega con sus texturas, e imagina o recrea escenas que tal vez existieron, o no.
«Un frontón es un triedro en el que generaciones de pelotaris produjeron infinitas geometrías. El pelotari de un modo intuitivo conoce y aplica la geometría .“

Enamora su serie en la que dedica y homenajea a un renombrado pintor, relacionándolo con un frontón y una jugada. Reproducimos (con su permiso, por supuesto) la entrevista que le hizo Isabel Vidarte (www.pelotamano.com), en la que el autor con sus palabras, nos recuerda a las disquisiciones de Jorge Oteiza, relacionando con clarividencia espacio/frontón/arte/pelota.
“El pintor estadounidense Edward Hopper decía que su objetivo era pintar la luz del sol en una pared. Era su obsesión, observar cómo se proyectaba y cambiaba su reflejo por el paso del tiempo. Pensé, pues el frontón tiene ¡dos paredes! y, en esas paredes, se producen todo tipo de juegos de luz. Empecé a subir a Arrate, el frontón es maravilloso, y a observar las diferentes tonalidades según la hora del día o de la estación. El frontón de Arrate fue el primero que pinté. Titulé el cuadro Sisley-ren besagaina.
Pelotariaren barrea. Aspicilia calcarea. Gaseosarena. Nothing’s gonna change my world
Mientras preparaba la exposición sobre frontones, decidí atribuir a cada cuadro un pintor y a cada pintor una jugada, su jugada específica; a Sisley un besagain, a Hopper un dos paredes, a Renoir una escapada, a Monet un gancho de zurda… El día que pinté el frontón de Askizu, ahora cubierto, cayó una granizada terrible. Había una luz especial, era un día muy oscuro. Decidí llamarlo Jeu de Paume.

Sun in an empty fronton Intuitiva, sintética y práctica
Dibujantes y pelotaris, una cuestión de perspectivas y de ángulos. El pelotari, de un modo intuitivo, conoce y aplica la geometría, es parte de su actividad. El pelotari, como el dibujante, necesita desarrollar su visión, instinto, coordinación y capacidad espacial.
El indiano es Francisco Antxorena quien comenzó financiando su construcción en 1920, aunque fue finalmente el pueblo el que tuvo que costear durante años su finalización.
En un frontón, por ejemplo, no hay perspectiva que valga. Los fotógrafos, especialmente en los frontones industriales, cuando sacan la imagen del frontón, no pueden localizar un punto de vista que permita abarcar la superficie en su totalidad y necesariamente deben recurrir a objetivos de gran angular que deformen esa realidad. La peculiaridad de la perspectiva de un frontón, sea industrial o no, da pie a todo un juego de posiciones, de imágenes, de fugas, de puntos de fuga, dónde se producen…
Dibujante y pelotari manejan variables que coinciden. Siempre digo que la fuerza y la destreza están bien y son necesarias pero al final es una cuestión de ángulos”.
Fotografía de Indalecio Ojanguren. Kutxateka OA4826 Gerra aurreko pelotarixak

Y con el permiso de todos y todas ustedes mi obra favorita de José Antonio Azpilicueta.

El arte y la pelota han mantenido desde hace siglos una estrecha relación, destacando magníficos pintores y pintoras como Gustave Colin, Joseph Saint-Germier, Louis Floutier, Henri-Achille Zo, Hélène Dufau, Ramiro Arrue, Marie-Lucie-Hélène Elissague, Jean Paul Tillac, Robert Portefin o Gustavo de Maeztu.
José Antonio Azpilicueta es hoy, sin duda, el depositario de su espíritu y su arte.